Esto se debe a que en España no nos tomamos nada en serio. Como casi siempre cuando hablamos de tecnología (y en otros muchos ámbitos), tenemos que admitir que vamos muy atrasados con respecto a los que se reparten casi todo el pastel, es decir Inglaterra, Alemania o Francia, auténticos motores del mercado online ocupando el 79% del total. Nosotros ocupamos una nada despreciable cuarta plaza, pero no hay que dejarse engañar, aún muy lejos de ellos no sólo en facturación sino también en madurez, medios y estrategias. Los alemanes, ingleses, etc. parecen conocer cómo funciona el comercio electrónico, entienden qué deben hacer, apuestan por la publicidad y digámoslo de otra forma: se lo toman más en serio. Incluso pequeñas pymes parten con un proyecto bien definido, estudian el mercado y trabajan duro por un objetivo definido.
Podríamos escribir un libro con las situaciones que nos encontramos en nuestro trabajo que deja entrever el auténtico nivel de desinformación de muchos emprendedores españoles. Pero vamos a limitarnos a un ejemplo ficticio y algo cómico, pero que desgraciadamente recuerda a muchos reales:
Situación: Pepe, al que le gusta llamarse a sí mismo empresario, queda con Pablo para tomar café y comentarle sus brillantes nuevos planes emprendedores.
– Pablo ¿te conté mi última idea? Se me ha ocurrido crear una tienda online y vender juguetes eróticos por Internet.
– ¿Ah si? Pero Pepe, ¿tú qué sabes de esas cosas?
– La verdad es que no mucho, ¡pero eso da igual! ¡El sexo siempre vende en Internet! Además he visto varias webs de lo mismo y es muy fácil, pones cuatro chorraditas y a vender. Mira la web ¿Qué te parece?.
Pepe le enseña la web en el portátil.
– La verdad es que no quiero ofenderte pero… no me gusta mucho.
– ¿Por qué? ¿Qué le pasa?
– Bueno… tiene unos colores que no pegan, y las fotos no se ven bien. Deberías decirle algo a tu diseñador.
– ¿Sabes lo que cobra un diseñador? Ni de broma contrataría uno. Lo ha hecho mi hijo que sabe de ordenadores. Mira Pablo, por ahora está bien así, lo importante es el contenido no el envoltorio.
Meses después Pepe y Pablo vuelven a encontrarse y hablan sobre la tienda.
– Hola Pepe, ¿cómo va hombre? ¿Aún sigues con eso de la tienda erótica online?
– ¡Pablito! No veas, aún no hemos vendido pero seguimos trabajando y ampliando la tienda. Hemos añadido banners que se mueven, más fotos y ofertas geniales.
– ¿Ampliando la tienda? ¿Cómo es eso si aún no has vendido nada?
– Pues que he decido poner más productos.
-¿A sí? ¿Cuáles?
– Camisetas de fútbol. Se las compro a uno que las pilla en Taiwan y me las deja a mitad de precio, y yo las vendo al precio original.
– Espera me he perdido, si tenías una tienda online erótica, y lo de las camisetas suena un poco ilegal.
– Pablo, amigo, no te agobies, parece que no conoces cómo funciona Internet. No hay problema en vender muchas cosas diferentes, mira Ebay, venden de todo y les va de lujo. Y lo de las camisetas no es problema. Es como vender cosas de segunda mano, no hay nada ilegal.
Bueno no hace falta que siga, os imagináis cómo acaba esto. Y situaciones así se repiten constantemente. Comprendo que a más de uno cuando se le enciende la bombilla inmediatamente se lance de lleno en un proyecto. Sin embargo, lo más sensato es calmar esas ansias y atacar el proyecto en frío. Dedicar mucho tiempo a investigar cómo funciona no sólo el mercado al que piensas entrar sino también a conocer el e-commerce. Para ello hay miles de cursos formativos (hay multitud de ellos gratuitos y online). Después de eso trabajar en un plan con los objetivos y la estrategia para conseguirlos. Una hoja de ruta que te recuerde dónde estás y a dónde quieres llegar.
Por experiencia propia te digo que es muy fácil perder el norte, por eso hay que trabajar duro primero por los objetivos marcados y no perderse con cantos de sirena. El mercado online español necesita gente preparada, ávidos consumidores de las últimas tecnologías, y que no tengan miedo. Espero que uno de esos seas tú amig@ lector!